No quieras ser una buena madre, con ser madre es suficiente

Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista.

Educar expresando cariño

En el primer episodio del podcast «Hablemos en familia», quiero dirigirme a esos padres y a esas madres que llegaron a la maternidad con altas expectativas, con muy buenas intenciones y deseando hacerlo lo mejor posible y que conforme sus hijos han ido creciendo, se han ido dando cuenta de lo difícil que es educar con amor porque amar a nuestros hijos es una cosa, y poder expresar cariño cuando les tenemos que corregir, otra muy distinta.

La gestión emocional es algo que nos toca aprender de adultos si en nuestra infancia no lo hemos aprendido, por eso, no quieras ser una buena madre, con ser madre es suficiente (más que suficiente). Porque no se trata tanto de lo que eres, si eres o no una buena madre o un buen padre, sino de lo que haces, de cómo te relacionas con tus hijos, cómo te comunicas con tu pareja y cómo te gestionas emocionalmente ante esos comportamientos que consideras inadecuados. Se trata de que analices si entre lo que piensas, dices y haces hay alguna coherencia e hilo conductor o en algún momento se rompe esa autenticidad. 

Los padres amamos incondicionalmente

Partimos de la base de que todos los padres, salvo excepciones, lo hacemos lo mejor que podemos y sabemos, pero tenemos limitaciones como seres imperfectos que somos y si no nos sale natural la crianza positiva, tendremos que marcarnos como objetivo aprender y desarrollar las competencias emocionales que nos permita escuchar y comunicar mejor, al fin y al cabo, se trata de prepararnos para educar con buenos tratos, amar haciéndoles bien a nuestros hijos y ayudarles a crecer seguros. Sé bueno con tus hijos, dales un buen trato, hazles mucho bien y crecerán fuertes y valientes, en definitiva resilientes.

El inicio de la maternidad genera mucha ilusión, descubres un amor hacia un ser hermoso que nunca antes habías sentido y se siente una alegría indescriptible ante el hecho de poder cuidar a un ser tan vulnerable. A diferencia de la especie animal, los bebés nos necesitan para subsistir. Seguramente todo no es como te lo habías imaginado, las emociones displacenteras también se asoman, ellas también quieren participar de tu vida. El miedo, la inseguridad y más adelante la frustración empezarán a acampar a sus anchas. Y aunque está bien que todas ellas cabalguen dentro de ti, unas son más agradables de sentir pero todas traen información de interés.  El miedo te protege, la tristeza te permite pasar los duelos con una energía más baja y la alegría te permite celebrar los logros, todas ellas nos permiten vivir. 

Los padres imperfectos educan mejor

Os quiero transmitir tranquilidad, porque educar de forma positiva tiene muchos beneficios, se puede aprender y una vez que lo incorporas a tu vida como una filosofía de vida, no concibes otra manera mejor de relacionarte con tus hijos, de relacionarte contigo misma y con el mundo que te rodea. Sin culpa, sin miedo, con confianza y totalmente convencida de que no hay mejor camino que aquel que favorece el desarrollo cerebral de un hijo por medio de las competencias emocionales. 

Os quiero hablar de Donald Winnicott, el pediatra y psicoanalista británico que les dijo a las madres que era mejor no ser perfectas. Se hizo famoso por desarrollar el concepto de lo que él llamó «la madre suficientemente buena“ (1940 y 1960 ), tal y como he leído en BBC News Mundo si queréis ampliar la información.

Médicos influyentes como Frederic Truby King sostenían que los bebés son como animales salvajes que deben ser domesticados. Pero Winnicott propuso algo muy diferente. En su práctica médica notó que las mujeres de más bajos recursos, que no tenían acceso a los libros con los consejos de Truby King, seguían sus instintos a la hora de criar a sus hijos, y lo hacían sin problemas. Por eso incentivó a las madres a confiar en sus instintos maternales y a ignorar las reglas impuestas. En la actualidad también conocemos médicos que aconsejan de una forma contraria a las necesidades de desarrollo de la infancia. El Dr. Estill por ejemplo, con su método “Duérmete niño”, que muchos padres han seguido a rajatabla desatendiendo a sus bebés en una etapa del sueño, ha recomendado una forma de tratar a los bebés muy contraria al desarrollo de apegos seguros. 

Es bueno tener criterio propio

Mi deseo con el podcast de hoy es que te quedes con la idea de que la Parentalidad Positiva, a parte de tener un gran respaldo científico, es sencilla de aplicar y de llevar a la práctica diaria y aunque no te lo parezca, esto también es cuestión de práctica. Te pongo algunos ejemplos de  acciones que podemos llevar a cabo en la crianza de nuestros hijos y  que nos permite educar de forma emocionalmente consciente y competente.

 

  1. Ante una rabieta, si lo ignoramos como se suele recomendar, el niño aprende que lo que siente no es importante por lo tanto cuando aprende comunicar,  a expresar, y adquiere lenguaje y vocabulario, es muy probable que nos cuente muchas cosas pero superficiales. No nos hablara de sus emociones, ¿para qué? total, no son importantes.
  2. En las discusiones entre hermanos se suele decir, “déjales, tienen que aprender a discutir”, pero si no mediamos cuando discuten, ¿Cómo y cuándo aprenderán a hacerlo de forma positiva? 
  3. Algo que también se aconseja mucho tiene que ver con la autonomía. “No le ayudes que tiene que ser autónomo”. Negarle lo que necesita por miedo a que no se malcríe de mayor, es tan absurdo  como no regar una flor por miedo a que crezca.  Los niños crecen con nuestro apoyo, comprensión y afecto, cuando se lo damos porque lo necesitan, les protegemos pero sin sobreproteger.

Os invito a escuchar el Podcast Hablemos en familia. El Episodio 1 trata sobre educar sin pretender ser perfectas ni hacerlo todo bien siempre. Un poco más de buen trato hacia nosotras mismas también. 

 

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Leticia Garcés Larrea

Pedagoga por la Universidad de Navarra (2009). Integradora Social (2002). Postgrado en Educación Emocional y Bienestar en la Universidad de Barcelona (2016). Máster en Inteligencia Emocional (2017) y estudios de Neuroeducación (2018) en la UNED de Madrid. Psicología Positiva en el Instituto Europeo de Psicología Positiva (2019). Diplomado de Educación Emocional, Liderazgo y Bases del Coaching para el Desarrollo Integral en la Fundación Liderazgo Chile (2022).
En 2010 fundó el centro de orientación familiar Padres Formados, desde donde asesora a familias en crianza positiva e imparte formación a familias y profesionales en temas relacionados con la Educación Emocional y la Parentalidad Positiva, tanto presencial como online, a nivel nacional e internacional (Colombia y México entre otros países). También organiza eventos de Educación Emocional desde 2012 en Navarra (España).
Ha sido profesora en la Escuela de Inteligencia Emocional de la UNED Vitoria-Gasteiz, también en UNED TUDELA y profesora en el «Experto Universitario en Inteligencia Emocional » de la UNIR (La Universidad Internacional de La Rioja). Vivió y trabajó en centros de menores en Guatemala y coordinó proyectos de cooperación y educación (2002-2007). Es coautora de los cuentos y del disco “Emociónate” (2014), autora del libro “Padres Formados, hijos educados” (2017), de la guía descargable “Educar sin miedo” (2018) y del cuento «Dragombolo saca el bolo» (2020) para la gestión de la frustración.También es impulsora la campaña de sensibilización «Educar sin Miedo»