La mayoría de las veces, por no decir siempre, cuando nuestros hijos nos cuentan un conflicto en el colegio, nos sale preguntar si se han defendido o les decimos lo que tienen que hacer, pedir ayuda o avisar al profesor. ¿Creéis que es fácil hacerlo cuando sienten miedo? Los niños necesitan habilidades sociales, competencias emocionales, saber aplicar límites y resolver conflictos con estrategias que favorezcan la cooperación y la colaboración. Todo esto es educativo y se puede entrenar dentro del hogar.
No tienen que defenderse
Muchos niños no quieren defenderse, no quieren devolver el golpe, no les sale pegar a sus amigos, eso lo tenemos que entender. Esos niños necesitan ser protegidos, no poner en sus manos la solución al acoso con mensajes como, “si no te defiendes te pegarán siempre”.
Tenemos que tenerlo claro, los niños van al colegio a socializar, aprender y jugar, no debería ser un lugar hostil donde desarrollar estrategias de autodefensa. El primer paso es darnos cuenta de que cuando el miedo nos paraliza, no podemos pedir ayuda, pero sí podemos ponernos a salvo.Los niños tienen que saber que los adultos no siempre tenemos la solución y que podemos meter la pata, pero tenemos la intención de buscar una salida y para eso es necesario hablar sobre los conflictos, expresar el dolor y pensar posibles soluciones. Trabajar en equipo como familia.
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“Cuando nuestros hijos sufren una situación de acoso tenemos que entender que aunque nuestros consejos sean buenos si los tienen que aplicar ellos, el miedo les puede bloquear. Mientras buscamos soluciones, los adultos deben aumentar la observación, atención y protección”.
Leticia Garcés Larrea