Esta semana ha asistido a un curso en UNED Pamplona sobre Delincuencia juvenil y responsabilidad penal del menor: 25 años de la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores. Ha sido un curso de mucho aprendizaje, cito a John Cotton, «Quien se atreve a enseñar nunca debe dejar de aprender”, por eso los profesionales que nos dedicamos a la formación, no debemos dejar de formarnos. Algunos de los temas que hemos visto:
- Delincuencia juvenil y justicia en España
- Menores infractores y gestión del riesgo
- Las jóvenes presas: apuntes históricos sobre la delincuencia juvenil y el internamiento de los menores de edad
- La violencia filio-parental a los 25 años de la promulgación de la LORPM
- Adolescencia y ciberdelincuencia: 25 años de cambios delictuales
- Lo bueno, lo malo y lo mejorable en la Ley Orgánica 5/2000
Ha sido un placer estar cerca de algunos grandes como Alfredo Abadías Selma, Sergio Cámara Arroyo y Nahikari Sánchez-Herrero. Todo lo que investigan y enseñan es tan necesario para nuestra sociedad que cursos como estos son tremendamente necesarios.

Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, es un hábito.
Aristótel
Alfredo Abadías Selma me ha regalado algunos de sus libros así que iré sacando tiempo para contaros algunas cositas interesantes sobre Violencia Filio-parental, al fin y al cabo, la parentalidad positiva es la clave para las relaciones saludables. Sabemos cómo educar para reducir los riesgos y evitar que la violencia se instale en las familias.
Mi recomendación es que invirtamos más tiempo en hacer cosas que nos mejoren como persona: Ver una serie está muy bien, pero combinarlo con una buena lectura es mejor. Ver un programa que te hace reír y desconectar del trabajo está genial, pero también ver un documental que te permite entender el comportamiento humano. Ir a un concierto, escuchar música o salir con amigos/familia/pareja es fantástico, pero también escuchar un podcast o conferencia sobre temas educativos. Todo en su justa medida y bien equilibrado nos hace personas más felices.