Quiero compartir una buena noticia, UNED Pamplona y Fundación Caja Navarra han impulsado una cátedra universitaria para trabajar sobre Inteligencia Emocional. La alianza entre ambas entidades incluye una propuesta de investigación y otra de divulgación a través de cursos de extensión universitaria, cursos de verano y conferencias. La inteligencia emocional llega a la comunidad navarra de mano de la universidad, algo que va a beneficiar a muchas personas deseosas de aprender sobre su bienestar emocional. Docentes, familias o cualquier ciudadano interesado en estos temas va a tener la oportunidad de aprender sobre una inteligencia que nos hace más felices.
¿Qué finalidad tiene esta cátedra?
El director Científico de la Cátedra es el profesor Juan Carlos Pérez-González, que ha sido invitado a participar en congresos de Educación Emocional organizados por Padres Formados en 2016 y 2017 y ahora tenemos el honor de tenerlo al frente de un proyecto maravilloso que beneficia la salud mental de nuestra comunidad. ¿Qué objetivos se quieren alcanzar por medio de esta cátedra?
- Ofrecer oportunidades de formación para mejorar las competencias socioemocionales de profesionales de la docencia, de la orientación educativa y de la salud en Navarra.
- Sensibilizar a la ciudadanía navarra sobre la conveniencia de mejorar su propia inteligencia emocional
- Promover la educación emocional a lo largo de la vida (de niños, jóvenes y adultos)
- Favorecer la difusión de los resultados de investigación y la transferencia del conocimiento científico a la sociedad navarra.
- Estimular la investigación, básica y aplicada, sobre inteligencia emocional.
Parentalidad Positiva en Navarra
Este curso he tenido el privilegio de participar en la cátedra con un curso de 20 horas presencial y online titulado Parentalidad positiva con niños y adolescentes.
La Parentalidad Positiva es el estilo educativo con más respaldo científico que conocemos, bebe de fuentes como la neurociencia, la inteligencia emocional o la psicología positiva y consiste en ejercer los buenos tratos que todo niño y niña necesita recibir durante su infancia. Esta forma de educar nos permite educar de forma más consciente, positiva y respetuosa. Entendiendo cómo funciona el cerebro del niño y del adolescente, podemos diferenciar entre qué conductas pueden ser normales y saludables según la edad y el temperamento y cuáles requieren de una intervención educativa mucho más coherente y consciente, llegando a la adolescencia con mejores competencias emocionales y mejor clima familiar.
No se puede educar a espaldas de la ciencia
Desde el 2006 existe una recomendación europea (Recomendación Rec (2006)19 del Comité de Ministros a los Estados Miembros sobre políticas de apoyo al ejercicio positivo de la parentalidad), que habla sobre la importancia de que los padres y las madres tengan suficientes apoyos para ejercer una paternidad responsable, respetuosa y amorosa para el bien familiar y la estabilidad emocional de los hijos, pues la salud emocional de éstos está estrechamente relacionada con el ejercicio de la parentalidad positiva. Formarse en mejorar las competencias emocionales precisamente nos ayuda a vivir una maternidad y paternidad mucho más consciente y facilita generar un clima familiar afectivo y respetuoso favoreciendo así el desarrollo emocional y la comunicación de toda la familia.



